Que China produzca su propio aceite no es nuevo, ya sabemos de sobra que son pioneros en conseguir y proporcionar los productos de necesidad a bajo costo, pero es por esto mismo donde radica el problema. España y otros países europeos llevan consagrando la calidad del Aceite de Oliva Virgen Extra durante décadas, siglos, y milenios. Ahora nos vemos expuestos a una nueva problemática que es si podremos hacer frente a producciones externas que abaratarán el precio final del producto y posiblemente con una reducción muy grave de calidad, que puede perjudicar a la economía del aceite en general.
La envergadura de las plantaciones de olivos en China serán de una magnitud colosal, y claro, la sociedad ante la crisis se ve "obligada" a prescindir de calidad. Es ahora más que nunca cuando los productores necesitan seguir mejorando la línea de calidad de nuestros aceites convirtiéndolos en un producto de calidad para el paladar pero pensando en el bolsillo de los consumidores. Veremos que nos depara el futuro.
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